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Si. ¡Digo! ¡No! ¡Mejor cambiemos de tema! –Giro la cabeza para ver las luces de los edificios, si fingia demencia probablemente no se mostraria muy nervioso. Afirmo con un sonido de su garganta, hasta que se quedo en silencio, hace apenas un tiempo Keigo le habia propuesto unirse a su agencia pero Minjun estuvo suficiente nervioso como para que las palabras se le enredaran en su lengua y terminara siendo un caos, por eso no tuvo una respuesta concreta. No era un secreto que estar junto al heroe lo volvia un poco torpe, por que si, Minjun estuvo enamorado de el desde que lo vio por primera vez, un amor a primera vista era lo que su abuelita le habia explicado cuando se lo comento. Si aceptaba pasarian tiempo juntos y aunque Minjun sabia que probablemente Keigo no estaria interesado en el, pero era una propuesta que podria hacer feliz a su corazón apesar de que su cerebro le pedia retroceder pero ya habia tomado una decision.– Me gustaria unirme a su agencia, no lo respondi antes por que aun tenia que pensarlo pero creo que seria una buena idea. 

–Asintio ante las palabras del heroe, se aseguro de grabarlas en su mente para la proxima vez. Se detuvo un momento para observar las alas de Keigo, al igual que sus ojos admirando el bonito color que poseian, una sonrisa se formo en su rostro sin darse cuenta demasiado enamorado como para prestar atencion a otra cosa que no fuera el hombre frente a el.– Bonito... –Murmuro en voz alta, despues de unos segundos sus ojos se abrieron dandose cuenta de lo que habia dicho– ¡No! ¡Quiero decir, son bonitos los colores! ¡No es que tu seas feo, eres bonito pero yo...! ¡OY! –Golpeo su frente con la palma de su mano, rogaba por que Keigo lo ignorara.– Bueno, mi abuelita siempre quizo visitar este país y como ella tenia mi custodia, venimos como turistas pero a ambos nos quedamos a vivir aqui. Despues...eso ya no importa. 

¡Oy bueno! Me gusta mucho el color negro pero tambien el morado brillante, como el de las flores de primavera. –Respondio demasiado entusiasmado como para reclamarle al haberle dicho gatito, en realidad no le molestaba pero viniendo de Keigo no era algo saludable para su corazón. Al llegar miro todo con ojos gigantes y brillantes, todo era tan bonito que tampoco noto que alguien estaba en el lugar, solo veia los grandes edificios y como la Luna comenzaba a iluminar la ciudad. Miro hacia abajo como su cola estaba en la cintura del hombre, pego un salto casi del otro lado del lugar, tenia la piel erizada y las mejillas tan rojas que parecia prenderse en llamas.– ¡Ay! ¿¡Como...!?