Criston, por el amor de Dios, ¿por qué estás hablándome en tercera persona? ¿Cuántas veces te he dicho que no es necesario que me trates tan formalmente cuando estamos solos? Una vez dicho eso, no tienes que disculparte por nada, siempre has sido eficiente con tus trabajos y fue imprudente de mi parte pensar que terminarías tan rápido. ¿Las cosas salieron bien con lo que te pedí? No, sabemos que yo te extrañé más, fin de la historia. ¿Ni mis hijos te han faltado el respeto? Lamento como se comportó Bartimos, hablaré con él cuando termine de jugar baloncesto con sus amigos. Lo sabes bien, Criston, todo esto es… Catastrófico. Los números van bien pero no sé cuánto tiempo más de ventaja tenemos para que esto no se filtre a la prensa; una vez que todos lo sepan, no sé qué será de nuestra familia y lado de la empresa. No, no es necesario que te encargues de algo ahora, ya has hecho suficiente por mí.