Madre mía. Espero que no te hayas encontrado muy preocupada por mí, sabes muy bien que tardo varios días en regresar a casa cuando salgo, pero que siempre llego completo. ¿Te la presenté? Qué extraño que haya hecho eso, el problema está en que no recuerdo su nombre. Olvídate de ella, mamá, yo ya lo hice. Hm. ¿Por qué vas a sermonearme esta vez? No te preocupes, el café te lo aceptaré porque ayuda a bajar la resaca.