Dios tengo que contar esto si o si JAJAJAJA. .. Decidí modernizarme y me compré una cafetera nueva. Hasta aquí todo bien, pero cuando llegué a casa y abrí la caja, ¡sorpresa! Me encontré con una cafetera más complicada que el cubo de Rubik.
Intenté hacer café y parecía que estaba intentando descifrar el código de Da Vinci. Obviamente, recurrí a YouTube, pero resulta que mi cafetera es tan exclusiva que ni los expertos de internet la conocen. ¡Un modelo tan raro que ni en los videos chinos aparece!
Allí estaba yo, frente a mi nueva adquisición, con más botones y luces que una nave espacial, y yo sin idea de por dónde empezar. Después de varios intentos fallidos y una pequeña inundación de agua y café, finalmente conseguí hacer una taza decente. ¡Eso sí, no me pregunten cómo, porque ni yo recuerdo!
Así que ya saben, amigos, si quieren una aventura de verdad, olvídense de escalar montañas o bucear con tiburones, ¡váyanse a comprar una cafetera!