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danijusticiadeDios

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MIÉRCOLES 1 de agosto: TU FE TE SALVARÁ  
          (Mc 5,21-43)
          Por: Nubia Celis, Verbum Dei  
          
          Parte 2
          
          Del otro lado, la hemorroísa fue aun más audaz y atrevida, todo el mundo sabía que ella era una mujer impura y que de ninguna manera podía esperar nada de Jesús, por eso pensó en tocar siquiera la orla de sus vestidos. Si los discípulos se hubieran enterado de que era ella la que había tocado a su Maestro seguramente la habrían reprendido pues su atrevimiento era también una profanación. 
          
          Ella no solo “arrancó” de Jesús un milagro sino también su admiración: “Hija tu fe te ha salvado, vete en paz y queda curada de tu enfermedad”; ese día terminaron doce años de tormento pues Jesús le devolvía todo: la alegría, la dignidad, la paz del corazón. La fe nos hace buscar, pedir, humillarnos, recurrir una y otra vez a Jesús con la certeza de que su fuerza parará nuestras hemorragias.

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MIÉRCOLES 1 de agosto: TU FE TE SALVARÁ  
          (Mc 5,21-43)
          Por: Nubia Celis, Verbum Dei  
          
          Parte 1
          
          Son muchos los aspectos que podemos profundizar en este texto. Te sugiero que lo leas muy despacio y que te detengas allí donde más te llame la atención, pero sobre todo, que pidas al Espíritu Santo su ayuda y su consejo de modo que puedas sacar el máximo jugo a tu meditación. ¿De qué manera la vida de estos dos personajes interpelan tu vida? ¿Hay algo en ellos que quisieras imitar? 
          
          Personalmente, me atrae la manera como los dos se acercan a Jesús. Siendo Jairo un líder de la sinagoga se atreve a buscar a Jesús, sabía que tarde o temprano los fariseos y maestros de la ley le caerían encima para echárselo en cara; se estaba jugando su reputación y su condición de judío piadoso cumplidor de la ley. Pero, ¿qué era eso frente a la salud de su pobre hija? Jairo fue más allá de lo permitido o no, se atrevió a romper esquemas y lo que es más importante, se abrió a la fe. En el fondo actuó con valentía.
          
          Por su parte, Jesús no se hizo esperar y se puso en camino inmediatamente ¡cuánta ternura debió provocarle aquél hombre suplicante! Dios ve siempre el corazón, no las apariencias, él sabe que detrás de nuestras posturas a veces distantes y reservadas hay un corazón deseoso de abrirse de par en par; como Jairo estamos llamados a dejar todos aquellos prejuicios que nos impiden descubrir a Dios tal cual es. En estos días el Espíritu Santo me hacía esta pregunta: ¿Te acercas a mí con una fe renovada? ¿Crees que cada día puedes conocer algo más de mí? ¿Te dejas sorprender en las cosas sencillas de la vida y en el encuentro con los demás?  

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Un día, los tres demonios, todavía sin conseguir nada que pudiesen usar contra el hermano, vieron a otro demonio pasar por aquella iglesia. Venía bastante lento y con una apariencia cansada.
          
          Y los tres demonios comenzaron a burlarse de él, —“viejo cansado, ¿qué estás haciendo aquí?”
          
          Entonces le preguntaron su nombre, y él los miró de lado, abrió una sonrisa lateral sarcástica y dijo: —“¿Mi nombre? Yo soy el espíritu del tiempo.                ¿Y ustedes, qué hacen por aquí?”
          
          Y los otros demonios le contaron su misión y cómo habían fracasado hasta ahora.
          
          Enseguida él les dijo a los tres: “Esperen que yo voy a dar orden cuando ustedes deben actuar.”
          
          Y dijo: “No tengan prisa, pues yo sé cómo trabajar”
          
          Y aquel demonio comenzó a actuar sutilmente.
          
          Primero, le quitó tiempo a aquel hermano, ​llenando su agenda de cosas para hacer.​
          
          Asi que, él no tuvo más tiempo para ayunar ni orar, y se enfrió espiritualmente.
          
          Después, le quitó el tiempo que dedicaba a leer la Biblia, y él no oyó más la voz de Dios. Y sin oír la voz de Dios, su comunión se enfrió.
          
          Fue entonces cuando el demonio del tiempo dio la orden para que los otros entren en acción. Y, así, aquel hermano cayó.
          
          ​EL TIEMPO es la 4ª arma usada por el diablo para enfriar la fe de los que no perseveran.​
          
          A veces, él hace que estemos muy atareados. Otras veces, produce un falso sentido de bienestar, hace que las luchas cesen por un tiempo para que nos acomodemos en la fe. Y así es como él nos derriba.
          
          Acuérdese siempre de donde vino, de donde DIOS lo rescató y de lo que DIOS ha hecho en su vida, para siempre mantenerse en la fe.
          
          El vencedor no es el que comienza, sino el que termina.
          
          ​PIENSE EN ESTO​: YO tuve tiempo para leer este texto por completo y también para reenviar este mensaje. La pregunta es, ¿tendrá usted TIEMPO para hacer lo mismo?

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CÓMO EL DIABLO DERRIBA A UN HOMBRE O UNA MUJER DE DIOS
          
          Por favor, lea.
          
          Las 3 primeras armas son:
          
          ​1. Dinero​
          ​2. Orgullo​
          ​3. Vida sentimental​ y la
          ​4ª Arma es...​
          
          Ahora vamos a nuestra historia para que descubras cuál es la 4ª arma usada por el diablo para destruir a quienes hacen la obra de Dios.
          
          Había un hermano en una iglesia que tenía éxito en todo lo que hacía. Tenía comunión con Dios y andaba en santidad, oraba, ayunaba y leía la Biblia. Adónde él iba, muchas personas se convertían, había sanidades, milagros, etc.
          
          El diablo, al ver eso, hizo una reunión en el infierno y envió al primer demonio, ADULTERIO. ​ Y éste le habló al hermano, diciéndole: ¡Te voy a derribar!
          
          El hermano canceló lo que el demonio le dijo, oró, ayunó, leyó la Biblia, fortaleció su matrimonio, y el demonio se fue.
          
          El diablo convocó una reunión más y resolvió mandar al espíritu de AVARICIA​ para llenar los ojos del hermano de ambición material.
          
          Nuevamente, el hermano oró, ayunó, leyó la Biblia, sacrificó todo lo que tenía y el diablo cayó por tierra.
          
          Irritado, el diablo envió el espíritu de ​ORGULLO​ para llenar el corazón del hermano de orgullo propio.
          
          Pero el hermano oró, ayunó, leyó la Biblia y se humilló delante de Dios. Hasta que una vez más, el diablo cayó por tierra.
          
          El diablo vio que todas sus tentativas habían sido frustradas. Airado, resolvió mandar a aquellos tres demonios a quedarse en la iglesia de aquel hermano para ver dónde él fallaba. Y para allá fueron, a estudiarlo y marcar sus pasos.