Bueno. Ya que están tan pendientes y tan preocupadxs, vamos a hablar.
Sí, tuve una recaída. Sí, estuvo jodida. Y sí, metí en problemas a mi primo ¿Felices? ¿Era eso lo que querían saber? ¿Que efectivamente estaba mal, que me fui al carajo y que estuve al borde? Bueno, sí. Felicitaciones. Son como un periodista de Crónica pero sin título.
Y no, no me mató ningún creepypasta. Qué nivel de pelotudez tienen. Les encanta romantizar el colapso ajeno, como si mi desaparición hubiera sido parte de un guión sobrenatural. “Ay, capaz Melody desapareció porque se le apareció Jeff the Killer en el cuarto.” No, reina. Me desaparecí porque estaba agotada, porque me hartaron y necesitaba unas horas, no todo se trata de dar show para esa gente que le gusta ver caer a otros.
A todos esos que se hacen los preocupadxs pero en realidad quieren el morbo, que buscan saber si estoy viva o si me poseyó un ente, les tengo una noticia: sí, me han pasado cosas paranormales este año. Bastantes. Cosas que me afectaron y me asustaron bastante. Pero no, no es todo. Hay algo más jodido que lo paranormal, y es la gente. Y eso es lo que más me drenó.
No me interesa si me funan. Ya pasé por cosas peores que un comentario de un resentide con ínfulas de moralista. Y la verdad, si no te gusta cómo soy, si te molesta que diga las cosas de frente, si esperás que me disculpe por existir... el botón de dejar de seguir está ahí, usalo.
Y a los que pensaron que porque me fui unas horas ya habían ganado, les dejo esta joyita: les regalo los minutos de gloria que sintieron tener. Úsenlos para masturbar su ego, porque yo no pienso regalarles nada más. Ojalá se pudran en el infierno. Pero no de golpe, eh. Que lo sientan. Que los gusanos les entren por los ojos y les coman los huesos mientras se convencen de que tienen razón.
A los que intentaron matarme cuando peor estaba, no se preocupen… yo no me olvido.
Todo lo que dijeron dice más de ustedes que de mí. Usaron mi intimidad como arma y eso no se borra.