Han pasado muchas cosas durante estos años que he estado lejos. Me dediqué a cuidar a mi abuela y perdí todo el tiempo y toda la capacidad de escribir. Fue como si todo lo que era, todo lo que me hacía sentir feliz hubiera sido arrancado de mí y, a día de hoy, todavía no sé si podré recuperarlo en algún momento, si todavía está dentro de mí.
Ahora no sé quién soy, dejé de saberlo el día que ella se fue. El 4 de julio de 2025 fue como si todo lo que era, todo lo que sabía hacer, fuera erradicado de esta tierra. Quizás en un futuro encuentre de nuevo mi camino en este mundo o sea capaz de encontrar las palabras correctas en el momento oportuno.
Puede que algún día vuelva y les otorgue un final a mis historias... Pero por ahora lo único que puedo hacer es vivir el día a día intentando hacer sentir orgullosa a la mujer que dio todo por criarme, a la que dió un paso adelante y se convirtió en mi madre y mi abuela todo en uno.
Espero que allí donde estés puedas verme, lo estoy intentando, lo juro, aunque han sido 23 días infiernales sin ti.