Ignoró tranquilamente la parte donde prácticamente rechazaban su presencia; él era bueno en eso. Luego, ignoró apasionadamente su pregunta sobre el curso de acciones que tomaría si un humano llegase a cruzarse por el lugar, ciertamente no iba a dejar que muriera, pero prefería enfrentarse a ese tipo de elecciones estando en el momento, solo así se armaría de valor como para alzar su espada o ver un desastre que estaba destinado a evitar.
Tomó aire, no le molestaba la aparente negatividad que mostraba el demonio, había encontrado varios tipos de personas con ese tipo de carácter y ni siquiera habían llegado a la adultez, una vida exageradamente demasiado corta para un demonio, él no sabía cuánto había pasado, vivir tanto tiempo rodeado de soledad ciertamente cambiaba a uno, no podía saber qué tanto afectaba el vivir cientos de años de ese modo. ────── No quiero hacerte daño, si planeas matarme este es tu mejor momento, no lucharé. Pero antes de ser un demonio eres Masaru y sé que Masaru no es malo, incluso si solo lo conocí por un día. Buscas que las personas tengan expectativas de ti y yo también las tengo, puedo asegurarte que son altas, son altas porque confío en ti, me enseñaste a hacerlo. ────── Habló, su voz con una suavidad recién añadida, no había sido utilizada minutos antes, probablemente porque sabía que aquel tema resultaba delicado en las manos ajenas, no quería que pensará que se tomaba aquello a la ligera incluso si decir aquello fue fácil para si mismo, era tan fácil que, por un momento, realmente lo asustó.