Odio a las malditas arañas...
Literalmente hace un momento tenía una en el brazo y la desgraciada siguió subiendo sobre su telaraña, por reflejo agarré una de mis chanclas y la maté. Lo siento para la gente que ama las arañas, pero sinceramente yo las aborrezco con toda el alma, son mi peor pesadilla y más con todo el trauma que me dieron.
Un día, voy a limpiar toda la sala y yo misma me aseguraré de que no me tenga que encontrar con una de esas.
—Dijo la aracnofóbica que le gusta Spiderman.