Cada día me levanto, esperando algo nuevo.
Esperando una emoción.
Eso que nos hace sentir vivos.

Dolor, ansiedad, pánico, miedo, alegría, felicidad...
Esas emociones que nos hacen sentir vivos.
Sin embargo, hay un gran diferencia entre emociones y sentimientos.
Las emociones son momentáneas.
Los sentimientos son duraderos.

Una emoción puede tirarnos un segundo, como la llama de un encendedor.
Un sentimiento, es la llama de la vela, constante y tibia, que reacciona.

Puedes controlar el tiempo que dura una emoción, como los encendedores.
Pero, en el caso de los sentimientos, es más complicado, si quieres que una vela no se apague, debes de cuidarla, protegerla de muchas cosas, pero darle espacio suficiente para no quemarte.

A veces confundimos emociones con sentimientos, y viceversa.
Cuidamos inútilmente la flama incorrecta. O descuidamos aquella que más lo requiere.

Lo peor es cuando ese calor es tan intenso que llega a quemar a la gente que te rodea.
La lastima y aunque tienes la culpa, simplemente, es imposible aceptar que te equivocaste.

Pero... cuando aceptas el error... la mitad de los problemas desaparecen.
La cera se seca, y puedes quitarla de tu piel.
Y entonces, sabes que cuidaras mejor a la siguiente vela.
Y valoraras más a las llamas momentáneas y ocasionales.
  • JoinedNovember 21, 2015



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