Quackity trabaja en una tienda de conveniencia 24 hrs, por sus estudios siempre terminaba teniendo turno de noche. Lo bueno es que a esas horas realmente no pasa mucha gente entonces podía seguir estudiando, terminando tareas o dándose una pequeña siesta de vez en cuando. Y hoy no era la excepción.
Se encontraba leyendo unos apuntes, sin embargo el cansancio le empezó a ganar y sus párpados caían lentamente mientras cabeceaba poco a poco.
Por otro lado un recién llegado argentino buscaba algo para comer, pues su dinero había sido gastado en un avión para venir hasta acá, frustrado simplemente decide sacar lo que había hecho un par de veces, pero que prometió no volver a hacer.
Delinquir.
Se acordó bien la gorra junto a sus gafas oscuras, no tenía nada para taparse la boca, pero asumía que así podía servir. Llegó a una tienda realmente buscando a alguien por afuera, pero a ver lo indefenso que estaba el cajero no pudo evitar sentirse algo afortunado, de su mochila saco una pistola, había sido difícil pasarla de infraganti, pero lo logró y ahora sabía que le serviría de algo.
Quackity al escuchar el sonido de que entró alguien automáticamente despegó la cara del mostrador levantándose diciendo en voz baja y somnolienta un "No estaba dormido", sin embargo despertó al instante junto a su adrenalina al sentir una arma debajo del pecho.
— Dame todo, rápido. —El de gafas intento hablar lo más neutro posible.
Alex no sabía que hacer, unas palabras de su amiga Ari retumbaron en su cabeza.
"La mejor manera de salir de una situación es dando un beso, se van a quedar tan sorprendidos que ni van a saber que hacer".
Sin pensarlo agarró del cuello al delincuente y junto sus labios.