Tocando el cielo

12K 650 137
                                        

Esta semana he tenido algún momento de crisis en el que quería abrirme la cabeza contra una pared por ser una cobarde con Natalia, pero convivir con Bali me está ayudando a superarlo. Creo que nos estamos dando las dos el apoyo y el cariño que necesitábamos. Mientras tanto, Natalia y yo hemos seguido con nuestra rutina de mensajes diarios, pero con alguna novedad. Ella me ha estado enviando una canción de buenos días y yo una foto de la gata. Creo que a estas alturas estamos ya las dos enamoradas.

 Creo que a estas alturas estamos ya las dos enamoradas

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

¿Quién podría resistirse a esta preciosidad?

El sábado voy a trabajar al ritmo de la canción que me ha mandado, A sky full of stars de Coldplay. Qué ganas tengo de que sea la próxima sesión para poder verla. Todavía quedan quince días para eso, pero lo bueno es que la próxima semana tenemos puente por el día de la Almudena y me voy a Elche, así que confío que estar en casa me distraiga. Hoy el día discurre sin más, aunque a final de tarde Pablo está un poco raro, como inquieto.

- ¿Te pasa algo? - le pregunto.

- ¿A mí? ¿Qué me iba a pasar? Estoy normal, como siempre.

Me contesta atropelladamente, se nota que se ha puesto aún más nervioso, así que aunque lo haya negado, algo le ocurre.

- Bueno, si en algún momento me lo quieres decir ya sabes que puedes contar conmigo.

- Gracias, Albi.

Me rehuye la mirada, así que no le insisto y sigo bocetando un encargo que me hicieron a principios de semana. Al cabo de un tiempo, no sabría decir cuánto exactamente porque me he enfrascado en el dibujo, alguien carraspea delante de mí. Levanto la vista del papel y me cuesta creer lo que ven mis ojos, mi científica preferida está ahí de pie.

- Me gusta cuando estás concentrada, así con la lengua medio fuera - dice e imita el gesto.

- ¿Qué haces aquí? - pregunto aún sorprendida por su presencia.

- Quería darte una sorpresa.

- Pues desde luego lo has conseguido, no te esperaba para nada.

- Recoge, que nos vamos.

Miro el reloj, son cerca de las ocho, así que me queda una hora para salir.

- No me puedo ir aún, Nat, me queda un rato para acabar.

- Tienes permiso del jefe, tranquila.

Justo entra Pablo para confirmar que me puedo ir sin problemas. Empiezo a entender sus nervios de antes. Esto es un puto complot, pero yo que me alegro.

Pieles // AlbaliaWhere stories live. Discover now