Kung fu Tigresa

La contaminación de la oscuridad, capítulo 1.

En medio Del Valle de La Paz se podían ver a dos cachorros de diferentes especies corriendo por el palacio de Jade, eran Hinata e Isaac con al menos ocho años de edad, los dos corrieron y se escondieron detrás de una pared, Po estaba caminando y vio la cola de Hinata asomándose mientras los niños se reían-

Bien creo que nadie se dio cuenta de que nos llevamos las galletas -dijo Isaac sonriendo-

Shhh Sshhh no tienes que decirlo, un pirata jamás dice nada sobre su tesoro -dijo Hinata sonriendo, Hinata mostró un par de galletas de chocolate en sus manos-

Y los piratas jamás dejan pistas claras como la cola detrás de ellos -dijo Po sonriendo-

¡Kyaaaaa! -los dos pequeños gritaron sonriendo mientras Po se reía-

Papa...-Hinata gritó sorprendida y se sorprendió mostrando las galletas, se asustó y las guardó detrás de ella- ¿qué haces aquí? Pensé que estarías con Tigresa ahora que esta embarazada

Si la estoy cuidando, pero ustedes también tienen que ser cuidados pequeños traviesos -dijo Po calmado, Isaac y Hinata solo sonrieron- ahora muestren las galletas -los dos movieron las orejas bajándolas y mostraron las galletas- ok, ok, miren las galletas son solo para después de la cena y el almuerzo no se comen antes de tiempo, pero lo extraño es que las puse en un recipiente en un compartimiento alto solo un adulto podría conseguirlo

¡Miren niños tengo más aletas hay que comerlas antes de que el viejo....! -Tigre regresó sonriendo mostrando cuatro galletas y luego vio a Po- ¡Ouuuuuu miren Po está aquí! -Tigresa gritó sonriendo y guardó las galletas- aaaahn...el bebé quería galleta

No, no, no, no uses al bebé como excusas para comer dulces -dijo Po algo serio-

Perdón es que el bebé quería galletas y los niños me vieron comer un poco de las galletas -dijo Tigresa sonriendo nerviosa- tranquiló por favor

Hay Tigresa, debemos estar juntos cuando tomamos decisiones -dijo Po nervioso-

Entonces...¿devolvemos las galletas? -dijo Isaac confundido-

Déjenme esto a mi niños, Po tengo criando a nuestro bebé en mi vientre, nuestro bebé en mi vientre -dijo Tigresa sonriendo y mostró su vientre ligeramente aumentado- así que porque no olvidas esto y me sigues consintiendo un ratito más

Tigresa no puedo consentirlos así -dijo Po serio, Tigresa se acercó y comenzó a acariciar su cabeza y le movió un poco el pelo con sus dedos- no...creo...que sea...bueno consentirlos tanto..y y, y aah eso se siente rico -Po estaba nervioso por las caricias de Tigresa y ella le hizo señas a ambos niños para que se fueran corriendo, los dos niños se estaban riendo un poco, los dos se metieron al cuarto de Tigresa donde me escondieron detrás de la cama-

Somos piratas Isaac, ahora tenemos nuestro tesoro -dijo Hinata sonriendo-

Somos muy malo y siempre brindamos yojou -dijo Isaac sonriendo mostrando su galleta, los dos chocaron sus galletas y las comieron riendo un poco- oye mi mamá e Izanamy siempre están juntos ¿porque los adultos siempre son tan meloso y se están dando besos?

Eeeww eso da asquito, ¿por que los adultos deben ser así? -dijo Hinata sonriendo- Pedro sabes siempre me da curiosidad, Tigresa me dice que si algo no sabes que te gusta entonces pruébalo y di si te gusta

¿Sugieres que nos besemos? -dijo Isaac confundió- sería raro

Mejor no, cuando éramos más grandes, ahora mejor disfrutemos nuestras galletas como piratas -dijo Hinata riendo un poco, después de unos años Hinata ya tenía quince años, vestía una blusa roja, un chaleco negro con guantes de mallas sin dedos, un pantalón negro y sus botas negras-