Me sentía como si no los conociera de nada.
Veía sus rostros, reconocía sus voces, pero ninguno de ellos eran los mismos jugadores con los que habia corrido.
Jamás me di cuenta de lo importante que era Mark para ellos. Era la pieza clave para unirlos, para fortalecerlos. Cada palabra de él era suficiente para que todos estuvieran dispuestos a correr de rodillas el desierto si era necesario.
Era su cable a tierra.
Su capitán por el que darían la vida.
Los vi reordenarse sin palabras, jugar sin hablar. Moverse como sombras alrededor de nosotros.
A regañadientes tenia que reconocer sus habilidades.
Pero no me rendiría.
Como una mente en diferentes cuerpos, mi equipo también era capaz de igualarlos y después del gol de Jude, ninguno volvió a bajar la guardia.
Era todo o nada, y la orden ya habia corrido entre nosotros.
Resistiríamos y ganaríamos.
Corrí y corrí, sintiendo ese delicioso ardor en los músculos de mis piernas mientras guiaba el balón hacia el terreno rival. Le di el pase a Tony, pero las defensas japonesas fueron a por nosotros.
Harley y Tori.
Tony sonrió.
-Arañas de hielo. -susurró.
Obviamente, Tony no era muy imaginativo para los nombres.
Arañas gigantes hechas de hielo aparecieron desde las cuatro esquinas. Sus patas largas y afiladas traquetearon veloces sobre la hierba. Vi a Harley palidecer, pero Tori levantó su barbilla.
Antes de que pudieran bloquear la supertecnica, las arañas los lanzaron al suelo y los llevaron lejos de nuestro camino. Escuché los gritos de ambos.
La zona de tiro quedó libre, pero el tiro era de Tony así que me apresure a retroceder mientras él saltaba para darse impulso.
El aire se congeló.
Un fuego hecho de plata se extendió desde Tony hasta el resto de la cancha.
Por donde pasaba, el fuego de hielo fue congelando. La hierba quedó petrificada, y el frio fue tan intenso que sentí el hormigueo del adormecimiento en mi nariz.
Mark se enfrentó con valentía.
Su mano fantasmal protegió su arco.
Y pese a la fuerza de Anthony, Mark resistió con fiereza hasta que el balón se detuvo.
Los gritos del publico japonés llenó todo. Las sonrisas de nuestros rivales renovaron energías entre ellos y cuando el balón reingreso, ellos parecían más fuertes que antes.
De pronto, la posibilidad de que ellos ganaran fue algo muy real.
Humedecí mis labios y las ordenes salieron disparadas de mi boca, una tras otra. Acomodándonos, cambiando y adaptándonos para hacer el frente a Inazuma Japón.
Me fui perdiendo en el juego.
Y contra todo, me encontré disfrutándolo.
Era un desafío y no habia nada más que amara que eso.
Habia pasado mucho tiempo desde que yo y mi equipo habíamos encontrado un equipo que nos hubiera hecho sudar y discretamente, amé la oportunidad que nos estaban dando.

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El torneo (Inazuma Eleven-Axel Blaze)
FanfictionLa vida de Tessa Whitelaw está en crisis, luego de perder a sus padres en un accidente de tráfico, y de despertar de un coma de cinco meses, Tessa decide volver a jugar futbol y continuar siendo la capitana de los caballeros de la reina, pero el Tor...