once again || huang renjun

noventa y cuatro.

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Aquel mensaje me fue tan inesperado que decidí no contestar, dado que no sabía qué decir. Lo que me había dicho tenía mucho fondo e importancia para mí.

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Me desperté, saludé a Seulgi, desayuné, me duché y me arreglé con más ganas de lo que habitualmente lo hacía. Tenía la sensación de que aquel día prometía ser algo mejor que los demás, sentía que algo había cambiado, que me había salido de la rutina, o mejor aún: que algo bueno había comenzado a formar parte de mi rutina.

Salí de casa y fui hacia el instituto con más rapidez de lo normal, pero sin darme cuenta. Es por eso que llegué mucho antes que los demás, así que me senté en uno de los bancos de la entrada principal para esperar a mis amigas. Aún quedaban quince minutos para que sonara el timbre. Recordé aquellos días en China en los que Kun me esperaba o yo lo esperaba a él. Siempre que nos veíamos, en lugar de saludarme me hacía reír. Aquel era un gran amigo. De hecho, él era básicamente mi tipo ideal: buen sentido del humor, una agradable risa que me encantaba escuchar, facilidad para comenzar una profunda conversación, una sonrisa preciosa... sin embargo, nunca sentí por él más que afecto, pero un afecto de amigos. Él era -es- un buen chico; una lástima que tuviera intensos sentimientos por una persona como Yiyang. Nunca llegué a saber si lo había superado, pero esperaba que fuera así. Hacía tiempo que no hablaba con él, y tenía ganas de hacerlo.

De repente, y sin quererlo, la imagen de Renjun me vino a la cabeza. En realidad, si lo pensaba, Renjun tenía una personalidad muy parecida a la de mi amigo Kun: unas carcajadas que me hacían sentir satisfecha por hacerle reír, bromas estúpidas que me sacaban una risa tonta, facilidad para mantener conversaciones larguísimas -pero que a la vez se me hacían cortas-, un genial sentido del humor, una mirada que decía muchísimo, una sonrisa preciosa... espera, me estoy saliendo del tema.

Olvida eso, Yina.

"Un día vamos a tener que necesitar a una persona para que le quite la hipnosis. ¡Yina!" me llamó de nuevo Sohyun. Levanté la cabeza y me encontré con Sohyun, Seungwan, Jeno y Chenle mirándome desde arriba como si me hubiera desmayado.

"Jolín, ¿qué pasa?" dije, quejándome.

"Te has vuelto a quedar inmersa en tus pensamientos." dijo Seungwan, con una voz muy dulce.

"Quiere decir, embobada." la corrigió Chenle, con un menor tacto al hablar.

"¿Otra vez?" siempre me solían pasar estas cosas: me ponía a pensar de una forma tan profunda que es como si estuviera en un sueño.

"Sí, otra vez." dijo Sohyun, con el mismo tacto que Chenle.

"Vamos, ya ha sonado el timbre y tenemos que ir a clase." dijo Jeno, mientras me ayudaba a levantarme con ayuda de Seungwan. De nuevo, como si me hubiera desmayado.

"¿Han pasado quince minutos ya?" pregunté sorprendida, como si ellos supieran a qué me refería. Se miraron entre ellos, y supongo que decidieron no responder.