Tras una larga cabalgada, Frederick frenó su caballo y el resto lo imitamos, desmontando y estirando nuestros entumecidos músculos. A lo largo del día habíamos dejado atrás los pequeñas pueblos de Crima y Egara, la torre fortificada de Talrega y el caudaloso río Zardal para descansar al anochecer en las antiguas ruinas de un pueblo abandonado. Mi rabadilla ardía por la poca costumbre de montar a caballo, pero otros como Kachess lo estaban pasando claramente peor que yo, así que decidí no quejarme más allá de un par de caricias un poco exageradas. Mientras la guardia preparaba el improvisado campamento uno de ellos se acercó hasta a mí con decisión.
-Por fin nos vemos las caras-dijo quitándose la capucha.
Al reconocer su rostro me aparté a un lado, temiendo que aquello que fuera un trampa.
-¡Este es uno de los magos que nos seguía!-exclamé a mis amigos. Nolan y Nime se pusieron en guardia, mientras que Dyson se colocó delante de Kachess. Sharlotte me miró con aire distraído, cómo si le estuviera tomando el pelo.
-¡Tranquilos! Claro que os seguí, pero no por los motivas en los que piensas. Ai madre…tal vez debería haberme presentado de otra forma-dijo pasándose una mano por el pelo. Un brillo plateado salió de su dedo anular.
-Tú atacaste a Johan en el camino. Y Knox te devolvió el anillo que perdiste-dije al ver la joya en su mano-. ¿Qué es lo que queréis? ¿Por eso nos querías llevar lejos de la Academia?
-¿Qué ataqué a Johan? ¡Yo le salvé la vida! Os seguíamos para protegeros, te lo prometo. Nuestra actitud le había puesto tan nervioso que casi parecía haber perdido los nervios-. Os vigilábamos y protegíamos cada vez que uno de vosotros salía de la Academia-añadió señalando al grupo de la guardia. Un mago de aspecto fúnebre que reconocí como su compañero de viajes alzó la pipa que estaba fumando en señal de conformidad.
-Sé que cuesta confiar en ellos. Garza por feo y Chacal por tenebroso, pero no os están mintiendo; ambos os protegían-dijo un guardia de nariz aguileña con una sonrisa burlona en sus labios. Era evidente que encontraba todo aquello de lo más divertido.
-¿Garza y Chacal? ¿Y por qué os ocultabais entonces? No teníais ningún motivo…-dije dubitativo. No debía olvidar que eran hombres unidos a Knox, y parecía ser que él era un gran amante del misterio.
-Si cualquier agresor se hubiera atrevido a atacaros nosotros los habríamos cogido por la espalda, tal y como hice cuando atacaron a Johan. Todos nuestros encuentros fueron fruto de varias desafortunadas coincidencias.
-La última vez estabas bebiendo en una taberna-dije con escepticismo.
-Ibas con Travis, de día y por una calle principal. Un ataque era algo poco probable-se excusó.
Frederick escuchó aquel fragmento de conversación y se acercó hasta nosotros.
-¿Dices que le viste en una taberna?-me preguntó con el ceño fruncido-. ¿Lo viste bebiendo mientras tú estabas fuera de la Academia?
Garza abrió mucho los ojos y negó lentamente con la cabeza.
-Creo que era él-dije de forma un poco ambigua. La agonía del chico era tan clara que hasta sentí pena por él.
Pero Frederick no tenía ni un pelo de tonto.
-Todos, descansad. Hoy Garza está de buen humor y ha decidido preparar todo el campamento él solo-dijo en voz alta y mirando fijamente al mago. Éste agachó la cabeza en señal de vergüenza-. Y ya puedes dar las gracias de que no ocurrió nada, porque esto no es nada en comparación a la que habría caído sobre ti.

YOU ARE READING
Crónicas del aprendiz de Mago: El temor del hechicero oscuro
FantasyBalwind es un joven y astuto aprendiz de mago que deberá enfrentar junto a sus amigos a extraños y misterios poderes mágicos mientras lucha contra otros terribles enemigos: los Khayam, el resto de la humanidad y él mismo.