Solo algo impulsiva
Nereida era como una niña cualquiera jugaba con muñecas, peleaba con su hermana, amaba el chocolate y sentía una fuerte atracción por el agua. Nereida había nacido con el don de controlar las aguas. Su temperamento normalmente dulce y gentil se transformaba en un abrir y cerrar de ojos convirtiéndola en un ser indomab...