Annushka y su familia están en peligro; las cosas en el país se complican, los comunistas se han tomado el poder y al pertenecer a la realeza será aniquilada. Huir es prioritario, pero jamás se imaginó que su refugio serían los brazos de su enemigo. A Sergei se le ha encomendado cuidar de esta familia aristocrática que deberán ser ajusticiados, pero además de no estar de acuerdo con la determinación, se ha desilusionado de la causa por la cual peleaba y las injusticias que esta ha traído. La bella mujer que debe custodiar no tiene por qué sufrir la ira del partido. En medio de la Revolución Rusa, nace un amor que será más fuerte que las políticas, los odios y las ideologías.

Jack Farrel, conocido como El Diablo en los mares, ha jurado recuperar el tesoro robado de su capitán, el temible Henry Morgan. Pero lo que encuentra lo desconcierta: la ladrona no es más que una joven audaz que jura no saber nada del botín. Jack no cree en su inocencia, así que toma la única decisión posible: hacerla su prisionera hasta que confiese la verdad. Anne nunca imaginó que su vida tranquila cambiaría de un instante a otro. Ahora está atrapada en un barco pirata, custodiada por un hombre peligroso y fascinante a la vez. No teme a la espada de Jack, pero sí a las emociones arrolladoras que despierta en ella. Su mirada ardiente, su cercanía, la forma en que la desafía y la atormenta... cada instante junto a él es un riesgo para su libertad y para su corazón. En altamar, entre tormentas y secretos, la pasión se enciende como un fuego imposible de ignorar. Jack sabe que desearla es un error, pero Anne lo tienta como ninguna otra mujer. Mientras el destino los arrastra entre el deber y el amor, ambos descubrirán que hay tesoros más valiosos que el oro... y que rendirse a la pasión puede ser la mayor de las aventuras. Entre el peligro y el deseo, un pirata implacable y una joven valiente desafían al destino... y al corazón.