buenos días, gabi bonito. no preguntes qué hago despierto aún a las cuatro de la mañana. ¿has descansado bien? espero tomes el desayuno, te quiero, y quiero que vengas y me cubras con esa aura tuya de felicidad, sigo sintiéndome bastante mal, y antes de que lo preguntes, sí, es por aquél chico de la última vez