
SoyJamesRiddle
Madre... yo... creo que debo decirte algo.

SoyJamesRiddle
Yo... creo que deberias estarlo. Varios mortifagos me han seguido e. . intentado matar.
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@SoyMartinaJones
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⭒๋࣭ ⭑Te voy a contar una historia sobre una hermosa niña que apesar de todo lo malo que sufrió mientras crecía, siempre le demostró amor a todas las personas que se cruzaron en su camino sin contar si eran buenas o malas, y que ahora mismo, es una madre y daría lo que fuera por ellos.
Eloise llegó a la vida de Martina con tan sólo unas semanas después de la llegada de los pequeños Malfoy. En uno de sus paseos matutinos que la joven mujer iba y daba por el barrio francés de Nueva Orleans se encontró cerca de la iglesia, a una linda bebé. Por su puesto, Martina no la dejó a su suerte y la llevó a su hogar con ella. Según el toque eléctrico que sintió su cuerpo al cargarla, era una pequeña brujita y eso no le sorprendió a la Marshall, pues curiosamente las brujas eran típicas en el barrio así como sus lobos en el bosque "pantano". Desde ese día, Martina la adoptó como una hija más y la llamó; Eloise.
El hombre no volvió a aparecer y aunque ella se habia acostumbrado terminó por buscarlo cuando el hijo de ambos enfermó, pero lamentablemente no obtuvo respuesta alguna. Martina se encargó del pequeño Aegon junto con su gran amigo; Etamin quien iba a visitarlos de vez en cuando. Siendo uno de esos momentos donde el pequeño Riddle lo confundio con su padre. Aegon habia empeorado y para ese momento Martina había estado sola cuidando de él, teniendo a una de las chicas de la manada cuidando de sus gemelos. Afortunadamente el pequeño Aegon después de algunos meses terminó por volver a la normalidad algo que alivio a la joven madre pues sentía que el pequeñito no daba para tiempo más. Durante el tiempo que marchaba llegaron unos pequeñitos peliblancos, quienes resultaron ser sus nietos; Maegor y Aemon a quienes cuidó en lo que llegaba su mamá, su hijo James.
El tiempo pasó tan rápido que a sus diecinueve años ya estaba embarazada se su tercer vástago, quien era hijo del señor tenebroso, Tom Riddle. Ella por el bien de su bebé decidió abandonar la mansión e irse al lugar donde vivieron sus abuelos y su madre de bebé, claro todo eso fue informado al padre de su hijo quien muy apenas la dejó ir, pero nunca la dejaba sin vigilancia, pues aunque Martina no dijera nada habia visto a los pequeños elfos corriendo por su casa unas cuantas veces durante su embarazo. En su estancia en su hogar, el cual era alrededor de un bosque, conocio finalmente a su manada de lobos, los creciente pues todos ellos incluida ella mantenían una pequeña marca de luna creciente en sus hombros. Rápidamente se adaptó al nuevo lugar asi como tambien sus hijos, pero hablando de hijos, el bebé llegó 2 meses antes de lo que tenía que llegar, Martina lo nombró Aegon. Aegon al ser un bebé prematuro nació algo enfermillo pero se curó con rapidez, y apesar de que su padre no estuvo en sus primeros dos meses de vida después si lo estuvo y para sorpresa de Martina, Tom se estaba esforzando en ser un padre pero el tiempo pasaba y a veces él desaparecia pero todo estaba bien. Martina era feliz, tenía cuatro hijos y finalmente no se sentía sola, la primera navidad de Aegon llegó y fue una de las mejores noches que Martina pudo presenciar. Pero, ¿has escuchado que lo bueno no dura para siempre? Pues eso pasó, Martina y Aegon estuvieron solos junto con los gemelos después de diciembre y el caos al final azotó.
Madre... yo... creo que debo decirte algo.
Yo... creo que deberias estarlo. Varios mortifagos me han seguido e. . intentado matar.
Mamá, si.. esta todo bien.
╱ sus suspiros volvierón a la normalidad, cayendo sin querer en esa posición incomoda en el sueño.
╱ siguio llorando en los brazos de su madre, sin poder parar, poco a poco empezo a tranquilizarse con los ojos cerrados a punto de sueño.
Solo tengo miedo, madre, yo.. ╱ comenzó a llorar, apretando la prenda de su pantalón con fuerza, buscando que la mujer pudiera abrazarlo.
QUÉ. CUÁNDO
No es nada, en realidad no fue muy difícil convencer a Marc. Después de todo también le agradas mucho, Marty
La conversación se vio brevemente interrumpida cuando el anfitrión se puso de pie. Frederick desvió su atención con respeto, escuchando con atención cada palabra de Marc. Una ceja se alzó con ligera curiosidad cuando la caja fue abierta y reveló su contenido. Su mirada se dirigió enseguida a Martina en cuanto tomó la rosa y desenrolló el pequeño pergamino. —Marc y sus teatrales planes... Estoy empezando a sospechar que esto fue una conspiración planeada con ayuda de tu amigo. —comentó en tono bajo, una sonrisa divertida asomando en sus labios. Luego le ofreció su mano, renovando la cortesía. —¿Listos para la cacería, señorita Marshall?
Creo que la emoción es compartida. —añadió todavía en voz baja aún con su mirada fija en él.— Soltó el agarre de su mano para volver a tomar su brazo a la vez en la que soltaba una pequeña risa por las palabras ajenas.— oh quizás nosotros les estamos interrumpiendo a ellos. —subió y bajó sus cejas.— @SoyFrederickTravers
Frederick sonrió apenas al escucharla, como si aquellas palabras hubieran tocado algo que llevaba tiempo en silencio. —Eso me alegra más de lo que debería admitir —respondió en un tono bajo, aún sin soltar su mano. Pero al lograr escuchar las voces a lo lejos, rodó los ojos con una mezcla de resignación y humor. —Siempre interrumpiendo en el mejor momento... típico. Le ofreció el brazo, retomando su tono cortés con una chispa de complicidad. —¿Me concede el último tramo de la noche, señorita? Antes de que el mundo vuelva a entrometerse.
Su corazón latió con un poco de fuerza, en su estómago empezó a sentir aquello que ella no esperaba pero deseaba, quizá mostraba un carácter fuerte y descarado en algunas ocasiones pero seguía deseando una cosa en el mundo aparte de sus hijos. Pasó delicadamente por su labio inferior su lengua para humedecerlo un poco, sin dejar de mirarlo.— estoy dispuesta, Frederick. —de sus labios salió como una promesa susurrante, pero lo lindo del momento terminó cuando su aguda audición escuchó a lo lejos la voz de su amigo y del anfitrión.— no sé por qué presiento que es la hora de irnos, Señor Travers. Sus ojos destellaron con un poco de diversión. @SoyFrederickTravers
por cierto, perdón por desaparecer tanto. como no recuerdo qué pasó con el conejito de peluche que tenías de niña, ví este y decidí comprartelo: https://pin.it/2DnQqJzw7
⭒๋࣭ ⭑Te voy a contar una historia sobre una hermosa niña que apesar de todo lo malo que sufrió mientras crecía, siempre le demostró amor a todas las personas que se cruzaron en su camino sin contar si eran buenas o malas, y que ahora mismo, es una madre y daría lo que fuera por ellos.
Eloise llegó a la vida de Martina con tan sólo unas semanas después de la llegada de los pequeños Malfoy. En uno de sus paseos matutinos que la joven mujer iba y daba por el barrio francés de Nueva Orleans se encontró cerca de la iglesia, a una linda bebé. Por su puesto, Martina no la dejó a su suerte y la llevó a su hogar con ella. Según el toque eléctrico que sintió su cuerpo al cargarla, era una pequeña brujita y eso no le sorprendió a la Marshall, pues curiosamente las brujas eran típicas en el barrio así como sus lobos en el bosque "pantano". Desde ese día, Martina la adoptó como una hija más y la llamó; Eloise.
El hombre no volvió a aparecer y aunque ella se habia acostumbrado terminó por buscarlo cuando el hijo de ambos enfermó, pero lamentablemente no obtuvo respuesta alguna. Martina se encargó del pequeño Aegon junto con su gran amigo; Etamin quien iba a visitarlos de vez en cuando. Siendo uno de esos momentos donde el pequeño Riddle lo confundio con su padre. Aegon habia empeorado y para ese momento Martina había estado sola cuidando de él, teniendo a una de las chicas de la manada cuidando de sus gemelos. Afortunadamente el pequeño Aegon después de algunos meses terminó por volver a la normalidad algo que alivio a la joven madre pues sentía que el pequeñito no daba para tiempo más. Durante el tiempo que marchaba llegaron unos pequeñitos peliblancos, quienes resultaron ser sus nietos; Maegor y Aemon a quienes cuidó en lo que llegaba su mamá, su hijo James.
El tiempo pasó tan rápido que a sus diecinueve años ya estaba embarazada se su tercer vástago, quien era hijo del señor tenebroso, Tom Riddle. Ella por el bien de su bebé decidió abandonar la mansión e irse al lugar donde vivieron sus abuelos y su madre de bebé, claro todo eso fue informado al padre de su hijo quien muy apenas la dejó ir, pero nunca la dejaba sin vigilancia, pues aunque Martina no dijera nada habia visto a los pequeños elfos corriendo por su casa unas cuantas veces durante su embarazo. En su estancia en su hogar, el cual era alrededor de un bosque, conocio finalmente a su manada de lobos, los creciente pues todos ellos incluida ella mantenían una pequeña marca de luna creciente en sus hombros. Rápidamente se adaptó al nuevo lugar asi como tambien sus hijos, pero hablando de hijos, el bebé llegó 2 meses antes de lo que tenía que llegar, Martina lo nombró Aegon. Aegon al ser un bebé prematuro nació algo enfermillo pero se curó con rapidez, y apesar de que su padre no estuvo en sus primeros dos meses de vida después si lo estuvo y para sorpresa de Martina, Tom se estaba esforzando en ser un padre pero el tiempo pasaba y a veces él desaparecia pero todo estaba bien. Martina era feliz, tenía cuatro hijos y finalmente no se sentía sola, la primera navidad de Aegon llegó y fue una de las mejores noches que Martina pudo presenciar. Pero, ¿has escuchado que lo bueno no dura para siempre? Pues eso pasó, Martina y Aegon estuvieron solos junto con los gemelos después de diciembre y el caos al final azotó.
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