Por nada del mundo dejaría de darle amor a ese pequeño, es mi hijito, no me importa lo que digan, lo conocí desde muy bebé. Hay veces que quisiera hablar con él, no sé qué piensa porque lo lastima y uno nunca quiere eso para un hijo, tampoco debería de forzar nada, todo lleva un ritmo. ¿Crees que así aceptaría? Tengo miedo de que luego tenga una loca idea y quiera hacer que Eddy viva con él o algo así. — con cuidado acaricia su carita correspondiendo el beso — no pongas esa carita triste mi principito, ya todo se resolverá. — Es solo que si hubiese sido mayor, creo que ese siempre fue uno de mis grandes deseos de hace algunos años, solo deseaba crecer o tener la edad de ustedes, es decir Lyncon, Dustin y tú eran mucho más grandes y sentía que era muy chiquito para estar juntandome con ustedes. Al menos ahora estamos juntitos y tenemos una familia muy bonita, ¿no crees?
Pero bien que desde ese entonces te encantaba mimarme por ellos.
