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Yo siempre he pensado que todas las personas tenemos un lugar en el mundo, con fecha y hora. A veces puede ser malo o ser demasiado bueno. Podemos intentar cambiarlo pero, finalmente, volveremos al mismo lugar, para seguir con el camino que se nos dio.
Amsterdam, es una bella ciudad llena de recuerdos, y me he dado cuenta de eso con los años. Aunque a veces después de la tormenta, lo bueno se puede transformar en malo; y lo malo en bueno. Y cuando te das cuenta empieza a doler, pero aunque quieras parar, no puedes dejar de recordar.