Parte uno

-a mí nadie me deja con las ganas, fea- comento en un susurro mientras recobraba el aire -a mí nadie me dice fea y se sale con la suya- gruñí, evitando clavar la mirada en su pecho, sobre sus tatuajes, algo en mi me hacía perder la cabeza y querer pasar mi lengua sobre la tinta permanente de sus pectorales. -deberías saber que es por cariño- -¿ah sí?- respondí cruzándome de brazos, aún seguía acorralada con sus manos a mis costados - síiii- alargo- no a cualquiera le digo fea, solo a las que me ponen lo suficiente así como tú lo haces-