Description
En mi mundo, donde vivimos divididos por zonas, una de mujeres y otra de hombres, la tiranía está a flor de piel. No nos dejan reír, cantar, bailar, el toque de queda nos impide salir de fiesta, leer libros antiguos, ver películas antiguas y me animaría a decir que nos dejan respirar porque si no, no tendrían a quien utilizar como a cobayas en un laboratorio de ciencias. El gobierno enviaba a todos los adolescentes del mundo a Mortem, una especie de ciudad donde los adolescentes convivían un año para ser hombres y mujeres de bien pero no nos engañemos, su único propósito es atraparnos allí hasta consumir nuestras cenizas. El señor Carver, el padre de mi mejor amigo de la infancia del cual me separaron, me advirtió de todos los peligros que habían en esa ciudad, que no debía confiar en nadie y que intentarían hacerme daño pero que no debía dejarme caer y por el contrario, luchar. En Mortem ocurrían cosas muy raras y yo intentaría averiguar que eran y que trapos sucios escondía el gobierna baja la manga. Quizás estaba obsesionada con la libertad y con cambiar el mundo, sentirme la protectora de la gente indefensa. A lo mejor estaba exagerando o a lo mejor no pero de algo si que estaba muy segura, intentaría salvar mi vida porque al fin y al cabo, si uno no empieza a salvarse a uno mismo, es imposible salvar al resto.