Description
La vida es hermosa. Te sorprende, te enamora, te deja soñar, te enseña a ser feliz, te muestra por qué luchar y te regala su regalo más preciado: el amor. La vida es impredecible. Te sorprende, te impacta, te decepciona, te sumerge, te quita la fe y enseña que nadie puede comprarla. Es enigmática, torturante, dolorosa y agobiante. La vida suele ser tu mayor aliada, te permite barajar y comenzar de nuevo cada vez que lo necesites; pero algunas veces se rehúsa a acompañarte, dejándote un hueco en el alma, enfrentándote cara a cara con la muerte. No quiero decirte adiós. No puedo despedirme así. No puedo exigirte que te alejes y me borres, porque no quiero que me olvides y me rehúso a cerrar los ojos y lanzar mi último suspiro sin sentir tu presencia inundando mi ser. Recorrimos el camino juntos, viviendo al máximo, superando heridas, afrontando al destino, sobreviviendo con la incondicionalidad. Hoy desearía que ese amor no fuera tan grande; sería más fácil decir adiós. Este amor inagotable te hará sufrir; su dulzura se convertirá en amargura; mi partida te abrirá una herida que jamás podrás cerrar; mi recuerdo será una llaga que no cicatrizará; mi ausencia te impedirá seguir adelante; las mañanas no sonreirán; el sol ya no saldrá. Seré una parte de ti perdida en la eternidad. La sola idea de imaginar tu dolor me deja sin aire y me corta la respiración, y por primera vez entiendo cuál era mi misión en esta vida: enseñarte a amar. Y antes de mi muerte tendré que enseñarte a ser feliz sin mí. Luego de mi partida, te llegará la resignación, seguirás adelante y encontrarás otro amor. Si logro enseñarte a ser feliz sin decir adiós, si consigo que tu vida siga su rumbo a pesar de mi ausencia, si me recuerdas con alegría y no con tristeza, habré logrado el mayor sueño de mi vida: hacerte feliz.
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