Descripción
En el periodo comprendido entre los años 800 y 1000 después de Cristo, en los mares desconocidos y los vientos gélidos arrastraban leyendas antiguas, existía una remota isla oculta en medio del vasto océano. Aislada del resto del mundo por kilómetros de agua embravecida y niebla perpetua, esta isla era tanto un refugio como una prisión para sus habitantes. Allí, entre acantilados que se alzaban como murallas naturales y bosques donde el eco del cuerno retumbaba en la distancia, vivía un joven junto a su hermano. Desde que tenía memoria, ese joven había sentido en lo más profundo de su ser una inquietud imposible de ignorar: el deseo ardiente de abandonar su tierra natal, de aventurarse más allá del horizonte que cada amanecer lo desafiaba con su promesa de lo desconocido. Aquella necesidad de explorar lo indescifrable lo acompañaba como una sombra constante, incluso cuando parecía haber sido olvidada entre las tareas cotidianas, los relatos del padre y los inviernos interminables. No era simple curiosidad. Era una llamada, una voz interior que susurraba a través del viento salino y le hablaba desde los sueños. Y entonces llegó esa noche. Una noche especial, marcada por la quietud inusual del viento, por un silencio profundo que no era natural. El cielo, cubierto de nubes densas, parecía observar desde lo alto con un peso invisible. El mar, por primera vez, no rugía, sino que se mantenía en una calma antinatural, como si el mundo contuviera la respiración. Esa noche... todo cambió. Aquello que marcó su destino ocurrió en un instante, pero su eco perduraría para siempre. Lo que parecía ser solo un día más en su tranquila existencia, se transformó en el inicio de una cadena de eventos que lo arrastrarían hacia un futuro incierto, lejos de la inocencia de su isla y más allá de cualquier límite que jamás hubiese imaginado. Algo andaba mal. Y desde entonces, nada volvió a ser igual.
Capitulo 1: El Horizonte
