Prólogo

Despedirse duele y más cuando sabes que no va a regresar esa persona, que simplemente no lo volverás a ver, todo esto pasa cuando quieres a esa persona, cuando estarías dispuesto a recibir una bala por el o ella, a mis cortos ocho años estoy presente en el velorio de mi padre no me duele su muerte al contrario me da gusto, todos los maltratos se han acabado, este es un nuevo inicio con mi hermano y su pequeña familia de la que soy parte ahora, preguntarás en donde está mi madre, es muy sencillo explicar murió cuando nací, por eso mi padre me culpaba, por eso me maltrataba tanto física como psicológicamente, por eso me alegra su muerte, y me alegra muchísimo más que yo lo haya matado.