-Prologo y aclaraciones--

Los líderes de cada nación salieron de la sede de la ONU con el peso de una verdad alarmante: las mutaciones no eran aleatorias ni controladas. En el corazón del debate estaba el virus, una fuerza silenciosa que no conocía fronteras, capaz de alterar cuerpos y mentes humanas en un proceso tan implacable como aterrador. Los informes científicos presentados en la reunión detallaban que la infección llevaba a los afectados a través de un recorrido de transformaciones inevitables, clasificadas en cuatro etapas, cada una más devastadora que la anterior.