UPDP

Un día soleado te vi girar sobre tus puntillas al ritmo de la música, tu cabello, tus labios, y tu corazón parecían disfrutarlo, pero por alguna razón habían lágrimas sobre tus hermosas mejillas rosadas, yo simplemente me quedé atónito con la imagen que me brindabas, el sonido ceso de tu reproductor y te percataste de mi presencia, posaste los ojos sobre sobre los míos e hiciste que mi corazón diera un brinco, sonreíste y escapaste de la escena.
Nuestra historia será contada por cada una de las cartas que leíste, y por todas las que nunca tuve el valor de mandar, porque esto tiene que ser contado y no solo debe quedarse en “un pedazo de papel”.