Prólogo

Jay era un chico de dieciocho años que dejó los estudios para dedicarse a la floristería.

Sus padres lo apoyaron en todo. No le podía pedir nada a nadie más. Le iba bastante bien. De hecho, había conocido a una chica hace tiempo y ella se le declaró. Él decidió empezar una relación con ella porque sabía que ella le aportaba y le apoyaba.

Todo le iba bien. O eso pensaba hasta que vio por primera vez a...él.

Jay se enamoró de un chico el cual iba casi todos los días a su floristería.

Tenía miedo de decirle lo que sentía, porque sus padres no aceptaban a esa clase de personas.