La primera hogera: 242 intentos.

Cuando la oscuridad nos consume, todo a nuestro alrededor es deprimente; parece que no merece la pena actuar ni luchar. Pero es precisamente en ese momento cuando la vida nos ofrece la posibilidad de salir de ese estado. No nos la sirve en bandeja de plata; somos nosotros quienes debemos levantarnos para tomarla. La dificultad se convierte entonces en la mejor maestra, preparándonos para enfrentarnos a nuestro mayor enemigo: nosotros mismos. Y mientras luchamos, nos damos cuenta de que no estamos solos en esta tierra.

Ni las imágenes, ni los personajes son de mi propiedad, solo la historia.