Prólogo

A altas horas de la noche, un Eugene borracho, se adentro a los callejones de Nueva York para aliviar las ganas de orinar y fue testigo de la escena de un asesinato.

Quedó momentáneamente fascinado por la apariencia del asesino, por lo que tardo en huir antes de que lo atraparan, pero cuando se dio cuenta, el arma del asesino apuntaba a Eugene...

El rubio asesino llamado Valentine, se ofrecio a perdonarte la vida a Eugene si lograba adivinar el sabor del caramelo en su boca.

Gracias al alcohol, Eugene le robo un dulce beso al asesino para probar el dulzor, pero no contaba con que el asesino rubio cambiara de idea y le volvera a apuntar con el arma.