Description
En las novelas, además de un protagonista que siempre tiene toda la fortuna celestial, lo esencial es que hayan poderosos villanos que terminan trágicamente. Eran asombrosos o poderosos, pero debido a la loca obsesión con el protagonista o con las parejas de ellos, se volvieron paranoicos y locos, y finalmente se convirtieron en el villano que todos odian. Los autores abusaron de los villanos en cuerpo y alma. No había lugar para echar raíces ni lugar para ser enterrado. Al final, se amargaron en vida. No vieron la luz del día, no fueron amados y no conocieron ninguna dulzura. El mundo los odiaba, los evitaba y no les mostraba bondad. Algunos lectores lloraron mucho por ellos y les rogaban al autor que les diera un mejor final. Pero los autores sin escrúpulos decían: ja son villanos, por supuesto, cuanto más miserables mejor, cuanto más amargos mejor, cuanto más despiadados mejor. Es mejor incluso si se rompen un brazo o una pierna. #Cuanto peor lloran los lectores, más feliz soy# Sin embargo, tal vez porque el resentimiento de los lectores era demasiado grande, un día estos autores sin escrúpulos se vieron de repente atados a un sistema. Sistema: Salvemoslos! Autores: ¿A quién? Sistema: A tus villanos. Autores: ¡¿Qué?! El sistema sacó cosas de su bolsillo: Vamos, este villano desfigurado es tuyo, este villano con una pierna rota es tuyo, y este villano loco está siendo criticado... Los autores se arrodillaron y escupieron su vieja sangre: ¡Por favor, déjenme ir!
Aclaraciones
