P R I N C E

En el momento en el que lo vio por primera vez, estuvo segura de lo que él era. No porque cargaba encima una belleza extraordinaria complementada con un magnetismo divino, sino porque podía ser capaz de sentir la energía sobrenatural que irradiaba y estaba lo suficientemente obsesionada con lo sobrenatural como para pasarlo por alto.

Pero él estaba lejos de ser un ser celestial aunque lo pareciera, porque incluso el océano más claro contenía oscuridad en sus profundidades y los ojos de Luke Hellinson eran el océano más retorcidamente encantador en el que Lina Molina se había perdido.

Ella tenía que escuchar advertencias y correr lejos, porque el Príncipe Sangriento tiene un plan.