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ADAPTACIÓN SUPERCORP G¡P

Una antigua leyenda griega.

Poseedora de una fuerza suprema y de un valor sin parangón, fue bendecida por los dioses, amada por los mortales y deseada por todas las mujeres que posaban los ojos en ella.

No conocía la ley, y no acataba ninguna.
Su habilidad en la batalla, y su intelecto superior rivalizaban con los de Aquiles, Ulises y Heracles.

De ella se escribió que ni siquiera el poderoso Ares en persona podía derrotarle en la lucha cuerpo a cuerpo.

Bendecida por el divino toque de Afrodita, se convirtió en una mujer al que ninguna podía negarle el uso de su cuerpo.

De cabello y piel dorados, y con los ojos de una guerrera, de ella se comentaba que su sola presencia era suficiente para satisfacer a las mujeres, y que con un solo roce de su mano les proporcionaba un indecible placer.

Nadie podía resistirse a su encanto.

Y proclive como era a provocar celos de otros, consiguió que le maldijeran.

Una maldición que jamás podría romperse.

Como la del pobre Tántalo, su condena fue eterna: nunca encontraría la satisfacción por más que la buscase; anhelaría las caricias de aquélla que le invocara, pero tendría que proporcionarle un placer exquisito y supremo.

De luna a luna, yacería junto a una mujer y le haría el amor, hasta que fuese obligada a abandonar el mundo.

Ningún otro hombre será capaz de dejar a esa mujer plenamente satisfecha.
Porque ningún varón mortal puede ser comparado a una mujer de tal apostura.

De tal pasión.
De una sensualidad tan atrevida.

Guárdate de la Maldita.
Kara Zor-El de Macedonia.

Sostenlo sobre el pecho y pronuncia su nombre tres veces a medianoche, bajo la luz de la luna llena.

Ella vendrá a ti y hasta la siguiente luna, su cuerpo estará a tu disposición.
Su único objetivo será complacerte, servirte.
Saborearte.

Todos los derechos a su autora Sherrilyn Kenyon.