I

Tercera entrega de la trilogía "El monstruo".

Alma oscura camuflada en ojos claros. Duro, frío,
calculador. Dolor, tristeza, soledad... Sentimientos que hacen despertar a ese
Monstruo. Ni siente, ni padece, dejó de hacerlo hace mucho tiempo. Una bestia
nace cada vez que abre los ojos, pero en las tres milésimas de segundo que dura
un parpadeo, es capaz de recoger los pedazos de su corazón roto en mil y un
trozos.

Uno, soy un monstruo.

Dos, me vengaré.

Tres, sálvame la vida.

Ojos abiertos, el Monstruo vuelve, y todo se resquebraja. Odia a su
madre por darle la vida, odia a su padre, por hacer ésta desgraciada, odia a
los que lo rodean por apoyarle en sus decisiones, la odia a ella por quererla
tanto. La quiere odiándola. La odia queriéndola. Sufre, el Monstruo puede
dormirse, pero nunca se va, nadie lo mata. O tal vez, el mar pueda con él.
Solo, tal vez.