Prólogo

Cuentan desde tiempos muy remotos que cuando una persona tiene sueños vívidos, esta es capaz de dividir su alma de su cuerpo, como un don que le permite divagar por diferentes mundos o tiempos, en busca de un objetivo que incluso ella desconoce.

Las vacaciones con los Zúdor pasaron de ser divertidas a ser tortuosas porque el misterio de los sueños de Bea incomodaba a todo aquel que se cruzase en su camino.
¿Casualidad? No lo creo.

60 días bastan para destapar las suciedades que allí se esconden, los dobles rostros y las historias a medias y mal contadas.

Será que puede confiar en ellos o son parte de de esta caja de Pandora que amenaza con abrirse en cualquier momento?!