"Prólogo"

Luego de sentir en carne propia la muerte, Helena despierta completamente desorientada en lo que ella deduce es un hospital, asustada y aun con secuelas de su reciente ataque, decide quedarse para ayudar y pagar la deuda que tiene con los caballeros de la orden de San Lázaro, la misma que se hizo cargo de su cuidado.

solo había un problema.

Solo los hombres eran admitidos dentro de dicha orden.

Desesperada por no saber que se encontraria en ese "nuevo mundo", decide ocultar su verdadero género siendo una más de ellos. Nada le haría presagiar el complejo destino que le esperaba dentro de la Jerusalén de 1180.

Mucho menos esperaba enredarse con un personaje tan controversial como lo era el Rey de aquella época.