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El imperio otomano estaba pasando por su mejor y peor momento.

Mejor porque tenían un imperio estable con un gran sultán al mando casi no avía rebeldes su imperio se estaba expandiendo cada ves más gracias a al sultán del mundo.

Peor pues por qué estaban pasando por una epidemia de una enfermedad desconocida la cuál felizmente no avía llegado al pueblo pero si al harem debido que hace poco avían tenido la visita de una princesa extranjera.

La cuál les avía contagiado de aquella enfermedad que solo avía atacado a mujeres a las que les cauzaba su muerte y a mujeres embarazadas a estar les causaba la perdida de sus bebés.

Hasta lo que mucho podríamos considerar un milagro sucedió...