I

Helena, tan vulnerable, tan indefensa y tan pequeña. Nacida con una belleza incomparable y exótica. Viviendo en la oscuridad y con la curiosidad que la caracterizaba.
Su madre le dijo que no se acercara al bosque y Helena, cual Caperucita, desobedeció.

¿Quien iba a imaginarlo? ¡Oh, pobre Helena! Que caeria en manos de un monstruo, de una bestia sedienta de sangre que encontraría en ella... ¿Luz? ¿Salvación? ¿Amor?. ¿Quien sabe?
Sin embargo, de lo que Helena estaba segura era de que ese ya no era su hogar, ya no era su mundo.
Ahora estaría a merced de los Dioses del Olimpo.

|||P.L.D, ¡Helena!|||