Prologo.

Maldicion, ella lo tenia todo, dinero, fama, belleza, inteligencia, juventud y solo tenia que chasquear los dedos para que una mujer de falda entubada le trajera su cafe. Incluso la empresa con mas inversores, y mas fama tenia su nombre, era dueña del mundo y en sus tiempos libres se miraba en su espejo de cien mil dólares. ¿Como es que alguien como ella se fijaría en el chico que saca copias para su hermana que saca las copias del asistente del segundo asistente de la coayudante del encargado de marketing? Estaba muy por debajo de ella. Y no es que quisiera lidiar con alguien como ella, dicen que su última asistente salió llorando de la oficina por derramar cafe en la alfombra. Nadie nunca la ve a menos que sea en revistas, y yo como el grandísimo idiota que soy, quería saber como alguien tan joven era dueño del mundo, y que tenia que hacer para lograrlo. Pero había un pequeño problema, ella era una narcisista enamorada de si misma, y de su dinero.