Prólogo

"Oh, muérdeme". Su sonrisa fue perversa "Créeme, pajarito, me encantaría". Nevra era el típico hombre mujeriego que no creía en las almas gemelas y, como no caían del cielo, él no podía estar más feliz. Eso creía, hasta que una misión sale mal y pronto se encuentra con la horma de su zapato en la curiosa forma de una mujer. Sí, con alas y todo.

O, en el que Nevra aprende que es bueno abrir su corazón, incluso si eso significa salir destrozado al final.

-Parte 1 de "Ascuas moribundas"-