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Kaldor no pudo dormir en toda la noche ¿Cómo podría? Mañana es el día más afortunado de toda su vida, de hecho, el único que tendrá: por fin saldrá de prisión, lugar en el que lleva encerrado desde que nació.

Olvidado y condenado por el destino de sus padres, encerrado por la monarquía de Reino, repudiado por su aspecto, cuenta los segundos para ser libre y asesinar a la familia real.

No tiene nada... bueno, de hecho, sí tiene algo, lleva a todos lados su mente de niño, su cólera de adulto y las monstruosas manchas venenosas de su piel. Y usará todo lo que tiene para vengarse de la familia real.

Olivia no pudo dormir en toda la noche, ¿Cómo podría? Mañana es el día más afortunado de toda su vida, de hecho, un día más.

Mañana es el Ritual de Nacimiento, una ceremonia donde la diosa dorada le concederá el destino que debe cumplir a cada ser viviente que tenga dieciocho años. Todos deben acudir, incluso los jóvenes presidiarios como Kaldor.

Olivia tiene suerte, nadie sabe el destino que crea la diosa para cada ciudadano, excepto los reyes. Al pertenecer a la familia real, ella sabe el futuro que le tocará, fue el mismo por generaciones y nunca cambió. A su madre, abuelo y ancestros la diosa les concedió el mismo presagio: «Seguir con el deber real»

Quien se niegue a cumplir con su destino será maldecido con enfermedades y mutaciones horribles y desterrado a Muro Verde (tierras donde nadie regresa) para fallecer en la deshonra.

Olivia no cabe de ansias, cualquiera pensaría que es la persona más afortunada de todo el reino y que el destino para ella será el más dulce de todos. Cualquiera pensaría eso, cualquiera menos Kaldor.

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Novela narrada por el villano y la protagonista ¿O el protagonista y la villana? No se sabe, lo que sí se sabe es que en esta historia no hay lugar para los héroes.