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Vio como su amado le daba la espalda y la abandonaba, mientras desangraba, sus ojos nublosos no comprendian lo obvio que se encontraba enfrente. El se iba y en los brazos tenía a una noble que protegía como si fuera su propia vida.... Entonces... ¿Por que? Que era ella, que fue de esas promesas, aquellas que desde niños se habían echo...donde quedaron, ¿acaso no estaban predestinados a estar juntos? ~todo fue una mentira~ Dijo una voz misteriosa que en su mente resonaba como sus últimas palabras... *¿Mentira? Tal vez...todo aquello fue una vil mentira* Se dijo a si misma mientras sus ojos se empapavan de lágrimas ~tu le creíste a esa Diosa, confiaste en ella y te entregaste en cuerpo y alma~ Cierto...ella ni había echo nada malo, siguio con la profesia, nunca desobedeció entonces ¿Por que? Por que la Diosa Aria la abandonaria ~oh proble alma, te utilizaron y ni siquiera cuenta te diste, descarta a esa Diosa traicionera y únete a mí, solo conmigo tendrás venganza!~ *¿Venganza? Si si si, eso es lo que quiero! No me importa vender mi alma al más oscuro ser si me permitiera vengarme* Era poca la fuerza que le quedaba su vista se volvía oscura, pero aún así se escuchaba una risa diabólica! -jajajajaja me vengare- Grito con todas sus fuerzas mientras escupía sangre, la ira el odio y la sed de ver muertos aquellos que le traicionaron eran su único motivo por el cual ella estaba viva ~veo que comprendes, entonces únete a mí y renace!~ Ese día , aquella chica considerada la Santa, se convirtió en el enemigo número uno del reino! [Hermana, ya es hora de cenar] Dijo una voz un tanto suave que tocaba al otro lado de la puerta {Ya voy!!} Grito una joven, que al poco tiempo deja un libro rojo en su cama y va directo con su hermana.
El comienzo
