Sobre colinas

Un día lloré en Angulema. Lloré porque me di cuenta de que era demasiado feliz.

Desde Estonia hasta Marruecos, pasando por Berlín y Copenhagen. Navidad con alemanes, Año Nuevo con rusos, una noche en el desierto con mexicanas y una cena de Acción de Gracias con americanos. Pain au chocolat, vino caliente, mercados navideños, festival del cómic, tres estaciones y un millón de horas pasadas en autobús.

A veces se vive mucha vida. A veces, un retazo de nuestras existencias es suficiente para lograr aprender el conocimiento máximo:

Es Muy Divertido Vivir.