Café dulce en tu mirada

Desearía preguntarle al culpable, ¿Por qué nos presentó? Quizás fuera el destino por diversión, la casualidad por aburrimiento o la mala suerte por incompetencia.

Ahora ha pasado casi dos años y mi vida ha cambiado desde entonces.

Y es evidente que todas pasamos por ansiedades a los 17 años, desde la preocupación por elegir la carrera adecuada en la universidad correcta, hasta lidiar con dos mejores amigos que se desprecian mutuamente; pero no todas tenemos una mirada café que nos desestabiliza.

Historia narrada en capítulos cortos.

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