I

La razón, nunca ha sido la fuerza de nuestra atracción, la cordura no es el sendero de nuestro camino, la vida es efímera pero eso ya lo sabes, los ojos no son siempre las ventanas al alma, porque no tienes una, los labios no sirven solo para articular o besar, sí no para marcar lo esencial, las palabras son creaciones de la humanidad y eso las hace irreales, porque, ¿cómo te atreves a juzgarme por quién soy?, cuanto tú nunca me has conocido, y ahora, que me tienes frente a tu rostro, has conocido el miedo y la desolación, yo soy a quién tú heriste en el pasado que te niegas a recordar, y soy quién se encargará de que sufras mucho más, conmigo nunca podrás huir, a menos que yo lo decida u optes por salida de emergencia... Suicidarte...