Description
En el corazón de esta narración late una aventura, una odisea juvenil en pos de un tesoro oculto, accesible únicamente a la vista joven y al espíritu inquisitivo. Este tesoro, esparcido en fragmentos por el ancho mundo, solo puede ser descifrado por aquellos cuyos ojos aún conservan la chispa de la curiosidad infantil. Por el contrario, los adultos, sumergidos en el torbellino de la vida diaria, se encuentran atrapados en una neblina de monotonía y responsabilidades que empaña su visión, borrando poco a poco su habilidad para percibir las señales escondidas a simple vista. La aguda capacidad de aprendizaje, la imaginación desbordante, el instinto para crear y explorar, son dones innatos de la juventud. Desde el momento en que un niño abre sus ojos al mundo, su curiosidad no conoce límites. No obstante, con el paso de los años, los adultos van dejando atrás estas habilidades, sumidos en un estado de estancamiento que he dado en llamar "Esquezofrenia". Esta dolencia, desconocida hasta ahora, se manifiesta en respuestas automáticas y excusas perpetuas: "Es que no tengo tiempo", "Es que estoy demasiado cansado", "Es que es tarde", "Es que tengo trabajo por hacer", "Es que hay otras prioridades". Así, la maravilla del descubrimiento y la emoción de la aventura quedan relegadas en un rincón olvidado de sus corazones. Pero aún hay esperanza, porque nosotros, los jóvenes, resistimos esta corriente de conformismo. Nos aferramos a la juguetona naturaleza de descubrir, aprender y expandir nuestros horizontes. Nuestra misión es más que una mera búsqueda de placeres efímeros; es un viaje de descubrimiento, una carrera contra el tiempo para conservar la chispa de asombro que nos hace únicos. Estamos decididos a recorrer nuevos caminos, inventar, reír y observar, poniendo todo nuestro empeño en disfrutar cada momento y construir una felicidad duradera.
La enfermedad
