Description
En una tarde saliendo de casa como todo fin de semana que salía a conversar con mis amigos de barrio y las madres se ponían conversar de la vida de las demás personas, me di cuenta que el niño que me gustaba en la infancia ese niño que cuando salía con su madre, yo iba corriendo a la ventana para verlo pasar y contemplar su belleza, ese mismo niño que por cierto ya ambos habíamos crecido y ya no salíamos a jugar a la escuelita o a los supermercados ahora salíamos a conversar y reír de nuestras anécdotas. Esa tarde yo esperando a mis amigos que salgan me percaté que ahora él era el que me miraba por su ventana , el que corría ansioso para verme pasar y pues para contemplar mi belleza, yo creí que miraba a otras muchachas, pero mientras entraba en confusión sobre si me mira a mí o no llegaron mis amigos, nos sentamos en el césped y comenzamos a conversar como siempre pero él no salía de casa, fue tan extraño porque el primero en llegar al parque era él pero en esa ocasión no estaba él, mis amigos empezaban a hablar del porque no salía de casa aquel adolescente pero bueno, se hizo de noche y cada uno se fue a su casa, llego a casa y me encierro en mi habitación, me recuesto en la cama mirando al techo y me pregunto ¿será que está enfermo y por eso no sale? o ¿será que lo castigaron por sus bajas calificaciones? me hacía tantas preguntas que me quedé dormida sin cenar y con la duda que me atormentaba. Al día siguiente despierto y voy a la cocina a buscar algo de desayunar para irme a la escuela y mi madre me hace preguntas como de ¿por qué no cenaste? ¿ha pasado algo? ¿ Estás enferma? y yo con toda la frialdad que me caracteriza le digo No , sólo que no tenía hambre pero ahora sí quiero comer algo, ¿Hay algo de comer? mi madre con su mirada me dice que no me cree.