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Deseaba la muerte, anhelaba cerrar mis ojos y no abrirlos de nuevo. El dolor que me carcomía solo acabaría cuando dejara de respirar, solo me abandonaría el día en que mi corazón dejará de latir. Él, mi amado Nathaniel entenderá que la muerte es lo mejor para mí, quiero creer que no se entristecerá al verme exhalar mi último suspiro, quiero creer que mi recuerdo será suficiente para acompañarlo. Su cabello opaco me parecía tan brillante como el oro y sus ojos adornados de violáceas ojeras eran para mí los más hermosos que había visto en mi larga existencia. Aún a sabiendas de su condición efímera, había sido cautivado por su tierna amabilidad y su cándida pureza. No pude hacer nada por ella, solo fui capaz de presenciar como su vida se extinguía entre mis brazos, como ella me dejaba antes del tiempo estipulado por Edra. No lo aceptaba, no lograba concebir aquella injusticia concebida por Élle. Sin ella a mi lado, no existía sitio para mí en ningún lugar. Me incliné a los pies de Edra, el ángel cegador de almas, con la esperanza de que terminara con mi existencia, pero solo recibí su más tajante negativa. Sin poder discutir ante aquel rostro imperturbable, no tuve más opción que corromperme más y más con la esperanza de que algún día le permitieran acabar conmigo. Me convertí en un caído. Nathaniel al haber perdido a su amada Camille, decide convivir con la oscuridad. Decide llevar a cabo actos atroces con la intención de que finalmente el consejo de Élle le permita a Edra asesinarlo. Pero, justo antes de que eso suceda Edra decide pactar un trato con él. Un trato que podría costarle muy caro a ambos. ___________________________________________________________________________ La historia comenzará a publicarse a partir del 21/04 Actualizaciones: 1/2 cap. por semana. Obra registrada en Safe Creative: 1804216644121 Creada por mí, por lo que no se aceptan adaptaciones ni copias.
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